martes, 19 de enero de 2010

EL INVIERNO DEL CORAZON.


CAPITULO 7: PRIMERA SALIDA I.

No hay nada más cutre que cenar en casa antes de salir, sin embargo, estar sentado en cualquier bar o restaurante, solo como la una, siempre me pareció bastante cutre también. De modo, que en la mesa de la cocina, di buena cuenta de la pizza que había encargado y que acababa de traer el repartidor.
Una vez finalizada la poco original y universalizada pizza –tuve la precaución de no pedirla con cebolla, por eso del aliento-, observé el reloj de la cocina, comenzaba a hacerse tarde, así que me puse en marcha.
Un último vistazo al espejo me reveló un personaje que no estaba del todo seguro de lo que hacía, camisa blanca por fuera de unos pantalones vaqueros negros, desabrochado el primer botón. Cara recién afeitada, y pelo revuelto pero con un toque de espuma.
Ni que decir tiene que me embadurne de perfume tal y como mandan los cánones, mandando dos fuertes chorretones detrás de mi oreja - sitio estratégico donde las napias de cualquier mujer que tuviera a bien darme dos besos, podía captar mi aroma de fin de semana-, me hice un par de retoques de última hora en el peinado, cerré la puerta con llave y me dirigí al centro, sin el coche en previsión de que tomara alguna copa de más.
Llevé mis pasos resueltamente, mezclándome con el bullicio de la ciudad, entre sus luces y sus sombras, fugaces y permanentes, adornadas por una banda sonora de bocinas y ruidos inconexos.
Buscaba miradas entre la gente, alguien con quien quizás pudiera compartir un poco de mi soledad. Aunque en realidad estimaba esta salida como una aventura, quizás un atrevimiento del que salir airoso, demostrar que puedo salir de esta situación.
Los luminosos letreros de neón, me indicaron que estaba en la zona donde se concentraba la gente los fines de semana. Pubs y discotecas de moda, pero que yo no había pisado en mi vida. Total, ya es hora que me ponga un poco a la onda, pensé mientras buscaba algún pub donde tomarme una copa.
Me llamó la atención un letrero luminoso intermitente, que presentaba unas letras verdes en fondo blanco. Irish Green pub, por su nombre, la verdad, no habría entrado nunca, pero me llamó la atención. Era el típico pub de madera, adornado al estilo inglés, con dos grandes y visibles banderas de Irlanda flanqueando la entrada, en la que no podía faltar un gorila más ancho que alto, y que me dejó entrar después de observarme, y con un aire de estar salvándome la vida que casi me hace llorar de agradecimiento.
Lo cierto es que me agradó el sitio, la música era tranquila y relajada, había un par de mesas de billar, dardos, y una pantalla de televisión, donde unas diez o doce personas veían la retrasmisión de un partido de futbol, nada más ni nada menos que el Cádiz, que se jugaba el liderato de la liga con el Barcelona.
Decidí sentarme en una de las mesas vacías que estaban cerca de la televisión, y que me permitían una visión periférica del local. Ni un minuto llevaba viendo como el Cádiz atacaba con ahínco, cuando llegó una camarera paño mojado en mano, y que tomo nota de la cerveza que le pedí, tras un vasto y rápido repaso a la mesa, la cual dejó peor de lo que estaba.
No tardó mucho en venir con un vaso de cerveza, que más que un vaso era un cubo, además traía el ticket en la mano, por lo que tuve que pagarle en el momento.
El partido estaba ya en las postrimerías, y aunque el futbol nunca me gustó demasiado, me distraje viendo como Cristiano Ronaldo que yo no sé que hace en el Cádiz, le clavaba un gol de falta al Barça dándole la victoria al equipo amarillo, al que algunos calificaban ya como “la chirigota galáctica”.
Con la tontería, me había bebido casi todo el vaso de cerveza. Me había sentado tan bien, que decidí pedir otro.
El final del partido supuso el pistoletazo de salida de la gente, pues comenzaron a entrar lenta pero sin descanso…

5 comentarios:

  1. Querido amigo, me parece que te está afectando ésto y el relato pasa a ser de ciencia ficción. No me quejo de él, porque está bien escrito en ese tono desenfadado que tan bien se te dá, pero me parece que pierde realismo respecto a los anteriores capítulos.
    Bueno, quizás sea que yo tengo una muy mala noche...

    José María

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  2. Me pasó igual que a Jose María en cuanto leí lo del Cádiz. Incluso lo de la bofetá de la Consciencia resulta más creíble que el Cádiz gane la liga. Pero la literatura está para eso, para soñar, entre otras cosas.
    Así que mis aplausos continúan sonando.

    ¡A ver si nos vemos pronto, joé!

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  3. vas bien, pero ami que el futbol no me gusta lo de cristiano , no me cuadra en la historia

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  4. Jajaja, espero me sepais perdonar esta pequeña llicencia que me he tomado. Si no gana la liga en mi mente o en la Play Station, ¿donde la va a ganar?.

    P.D. Además viene muy bien en esta epoca carnavalesca que ya nos ataca.

    Gracias por vuestros comentarios.

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  5. Algún día!!!!!!!, confianza, algún día celebraremos a lo grande cualquier campeonato del Cádiz y, porqué no, en Europa.

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me encanta que me orienten. Tu opinión es muy valida para mi.