domingo, 28 de marzo de 2010

EL INVIERNO DEL CORAZÓN.


CAPITULO 14: PERAPARADOS, LISTOS, DESPEDIDAAAA.

La despedida de soltero se programó para el sábado, como mandan los cánones. Con eso se evitaría que alguno de los participantes en tamaña juerga, tuviera que trabajar en el caso de que se celebrara un viernes.
Un día entre-semana o un domingo, a parte de un disparate, podría ser motivo para dispararle al novio. O entender, que no quiere que le hagan una despedida de soltero como dios manda.
Lo cierto es que me venía como anillo al dedo, pues podía permitirme hacer que Mario entrara en mi fin de semana, y no al revés. Ahora lo único que faltaba era que aceptara. Cosa que no me preocupaba demasiado, pues siempre había sido de esos de los que se apunta a un bombardeo.
-¡Claro cojones!- Exclamó en cuanto le pregunté si se unía a la fiesta. –Me da igual quien sea el novio, las despedidas de soltero me encantan. ¡Vamos a cogerla gorda, gorda!- Gritó entre risas, entusiasmado por el plan que acababa de presentársele.
Así que ultimamos los detalles de nuestro encuentro del sábado. Me alegró ver que a le entusiasmaba la idea casi más que a mí, pues enseguida comenzó a recitar sitios a donde ir, y discotecas que él conocía muy bien.
Probablemente, Antonio llevaría algo preparado, pero seguro que Mario sería de buena ayuda en caso contrario.

Nos habíamos citado una hora y media antes de que llegara el novio en el mismo restaurante donde íbamos a celebrar la cena.
El local, era un restaurante bastante elegante, donde los camareros van con pajarita, y especialista en comidas de empresa y reuniones de todo tipo. Tenía un punto de elegancia sin llegar al empalago, a mí parecer un lugar perfecto.
Ni que decir tiene, que me había puesto mis mejores galas. Había decidido, que aquella noche iba a ser la noche del estreno de mi mejor vestuario, en el cual gasté aquellas tardes de centro comercial.
Mario, ya me esperaba en la barra del restaurante. Su camisa negra remangada hasta los antebrazos y suelta, le daban un ligero toque juvenil sin llegar a serlo totalmente.
Como siempre, me saludó efusivo, con su cerveza en la mano, y asaltando de vez en cuando, el plato de aceitunas que un camarero antiguo compañero de trabajo le había puesto.
Pedí una cerveza yo también, y me uní a la charla que tenía con el camarero. Solo un par de sorbos, hizo que subiera por mí una alegría, y unas ganas de pasarlo bien, que hacía tiempo que no había experimentado.
Me sentía feliz de que eso ocurriera, no había olvidado todavía aquellos días en que lo había pasado bastante mal, y aunque no era momento de sacar pecho, pues no había vencido todavía a todos aquellos fantasmas, si que parecía que los había espantado. Por lo menos de momento.
No se qué tipo de amistad tendría Mario con el camarero, el caso es que las dos primeras rondas que nos habíamos bebido, las había invitado el. Así que decidí pedir una tercera y ser yo quien la pagara. Me sentía exultante.
Entre tanto, con tanta risa y charla, la cerveza estaba entrando con una facilidad pasmosa.
Daba un largo sorbo al vaso, cuando vi que Antonio entraba al restaurante, no nos había visto, y andaba hacia la ya poblada barra, intentando llamar la atención del camarero que ocupado, servía unas cañas de cerveza.
Me dirigí hacia él, divertido por el hecho de que no me hubiera reconocido, aunque pronto me di cuenta de que él no lo estaba tanto.
-Vengo a anular la reserva Manuel- Me dijo serio. –Los otros cinco con los que contaba finalmente han decidido no venir, y creo que no va a haber despedida hoy.
Se imaginan a un golfista con sus dos manos aferradas al palo de golf, preparado para hacer el drive, que hace varias veces el movimiento de salida, y finalmente golpea la bola a doscientos metros. Pues yo era la bola.
-¡Que dices Antonio!, como vas a anular la despedida, estás seguro de que no vienen ninguno de ellos- Le dije, desesperado por el giro tan inoportuno que había dado el asunto.
-Por lo visto tengo menos amigos de los que creía- Respondió con un halo de tristeza que hizo que dejara de pensar más en mi que en él. –Todos me han dejado tirado, mi novia sin embargo salen quince mujeres esta noche. Mejor será que alquile una película de video, la vea y me eche a dormir después.
No pude por menos que verme reflejado en el, pues yo imaginaba muy bien lo que era aquello, y aunque no sabía si decirle que en mi opinión, si la despedida es una tontería, la boda es más absurda todavía, decidí que no quería pisotearle la poca moral que presentaba el pobre Antonio y que debía hacer algo.
-Ven, que te voy a presentar al amigo con el que vengo, le vamos a contar tu caso. Le dije, llevándomelo casi a empujones hacia el lugar de la barra donde estaba Mario.
Cuando le conté lo que ocurría, Mario comenzó a negar con su cabeza, y le comentó todo lo que me había dicho antes a mí, ofreciéndose muy entusiasta, a que si quería, le iba a improvisar una despedida de soltero que nunca olvidaría.
Antonio, sonrió por primera vez desde que había llegado, pero todavía tenía el problema de la reserva, no sabía cómo le iba a sentar al encargado del restaurante que le anulara una mesa para casi diez personas.
-¡Shagyyyy! Voceó después de emitir una risotada. –Eso está arreglado, mi colega el shagy lo va a hacer, no vas a tener que hablar con nadie. Y mesa para tres, que me ha gustado el sitio. Añadió a su amigo, el cual le hizo un gesto de que no había problema.
Parecía que después de todo, iba a haber despedida de soltero, un poco corta de personal, pero con muchas ganas de pasarlo bien….

3 comentarios:

  1. Me ha gustado como describes el ambiente, ese que se crea cuando se trata de celebrar algo entre hombres, parece que uno se encuentra allí. Ahora falta por saber como transcurre la noche, como siempre, lo cortas cuando se pone interesante para el el lector y difícil para el autor, porque a ver como describes algo que sea original...., pero seguro que tienes una bala en la recámara.

    José María

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  2. También yo he recordado antiguas despedidas de esas, un poco coñazos.
    Al Antonio ese le auguro un futuro más negro que el fondo de tu blog, pero ya veremos.

    Un abrazo.

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  3. BUENA DESCRIPCION, Y PARECE SER QUE BUENA ENTRADA DE MARIO EN LA FIESTA, HAVER QUE DEPARA EL ASUNTO YA ESTOY IMPACIENTE COPMO SIEMPRE

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me encanta que me orienten. Tu opinión es muy valida para mi.