
IX
Llegó un día que los besos se volvieron inmerecidos.
Las furtivas mentiras se tornaron incomodas verdades.
Los ardientes encuentros en inconvenientes pasados.
Me pensé incomparable a sus ojos, digna portadora
de atributos que por su falta, en mi si encontraba.
Segura de cambiarle el destino, de guiarle una barca
Que sin mi zozobraba.
Y solo fui mana por prohibido.
Ni antes fui la una, y ahora ni siquiera soy la otra.
Un buen texto, a caballo entre poesía y prosa, pero en eso radica su encanto
ResponderEliminarVas a tener que cambiar el nombre de la serie, éstos ya no se merecen lo de "Pamplinas". Me ha encantado, de verdad.
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