miércoles, 22 de abril de 2009

EL LARGO SUEÑO II.


Por un largo instante, su gesto permanecío frío y duro.

- Lo siento mucho. Dijo Manuel, rompiendo aquella atmósfera que empezaba a asfixiarlo.
- Me he quedado dormido. Añadió con un pequeño punto de inseguridad en sus palabras.

María estuvo un rato callada todavía, lo miraba profundamente, como un boxeador estudia a su rival, debía estar bastante enfadada. No habían quedado a una hora concreta para verse, pero Manuel sabia que ella era de fuerte temperamento, aunque después fuera un pedazo de pan.

- No pasa nada. Dijo escuetamente, sin dejar de mirar a Manuel, al que dio la sensación de que quería añadir algo más y no lo hacia, con el mismo gesto serio.

- Me ducho en un momento y vamos a donde tu quieras, conecta la televisión. Sugirió usando un tono complaciente que le sorprendió, pero que en ella no surgió ningún efecto, pues su gesto pareció hacerse por momentos mas duro.

Siguió otro breve pero intenso silencio, en el que María clavó aun mas su mirada en Manuel, incapaz de mover un solo músculo. En su cabeza daba vueltas la situación, pero no entendía que se hubiera tomado la molestia de venir hasta allí para montar una escena, para eso ya estaba el teléfono, como había ocurrido en otras ocasiones.
Sin apartar la mirada de Manuel, soltó el montón de cartas y folletos encima de la mesita baja marrón oscura que tenían frente al televisor, por lo que tuvo que agacharse un poco. Se quedó con una de las cartas en la mano, que Manuel reconoció como la típica correspondencia bancaria, y llevándosela a su mano derecha, cogió un abrecartas que habían comprado en una visita a Toledo, y parsimoniosamente se puso a abrir la carta. Era la replica de una espada, y en un principio, Manuel no se había percatado de su presencia, al estar justo a su lado, casi escondida.

- No vayas a ducharte, siéntate aquí, junto a mi. Dijo de repente, dando un par de palmadas junto a ella, en el sitio donde quería que se sentase Manuel, que sentía aquellas palabras, como cuando de niño había echo alguna travesura y su madre lo llamaba, diciéndole que no le iba a hacer nada.

Tragó saliva y dio un paso hacia delante, aquella situación era un tanto confusa, sin saber por que, la mirada de María, le producía un extraño temor que no era capaz de explicar.
Manuel no estaba seguro de si quería sentarse allí, fijó sus ojos el abrecartas, y en la cara de María, cuando de repente sonó el teléfono móvil.
Miró hacia todas direcciones, intentando encontrar el sitio donde lo había dejado, pero recordó al instante, que estaba en la mesita de noche de su habitación.
Encontró en el hecho, una excusa perfecta para salir del salón, y romper esa pesada atmósfera que lo asfixiaba cada vez mas.

-Voy a ver quien llama, ahora vuelvo. Dijo con rapidez, tratando de salir lo mas pronto de allí. Pero sin poder dejar de mirar la cara de María, a la que el gesto se le había vuelto todavía más duro, enfadada por la ingerencia de la llamada.

-Tu no vas a ningún sitio, te he dicho que te sientes aquí. Casi le gritó a Manuel, que no podía salir de su asombro ante tal situación, María jamas le había gritado de aquel modo, parecía como si aquella persona fuese desconocida para el.
El teléfono seguía sonando insistentemente, una gota de sudor aparecía ya por su frente, cuando haciendo caso omiso de las exigencias de María, fue a la escalera, y subió por ella a gran velocidad, dirigiéndose directamente a su cuarto, donde encontró sin dificultad el Teléfono móvil, vibrando, y encendiendo intermitente la luz de su pequeña pantalla.
Con el corazón acelerado por el ejercicio, se sentó en su cama, y accionó el teléfono, al mismo tiempo que lo pegaba en su oreja derecha.

- Pero bueno, ¿donde estas metido?, llevo toda la tarde esperándote.

Manuel creyó que se volvía loco, era la voz de María, que le hablaba como siempre.

1 comentario:

  1. ¡Dios! Me parece que Carmen te ha contagiado su lado oscuro, esto huele feo.
    Harfavó de escribir rapidito el/los siguientes capítulos, que me dejas con el corazón en un puño.

    Saluditos.

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me encanta que me orienten. Tu opinión es muy valida para mi.