lunes, 13 de julio de 2009

DESDE LAS ALMENAS DE MEDINA.


El sol lentamente seguía su resignado viaje, sumergiéndose en la línea del horizonte, y cambiando su traje amarillo brillante por un pijama rojo cada vez más oscuro.
Aunque aquel rojo no era bello, ni la contemplación de aquella puesta era como la de otros días. Las columnas de polvo que se divisaban a la izquierda del derrotado astro rey, decían sin palabras que quizás fuera aciago el futuro que venía a visitar aquel antiguo castillo.
Hileras de hombres subían por las escaleras que conducían a las almenas con diligente presteza, voces ordenantes se oían por encima del silencio de las almas, que como yo contemplaban la venida del enemigo en la distancia.
Con que fuerza desearía que la distancia que nos separa se convirtiera en una inmensa grieta que se tragara aquel formidable ejercito que se adivinaba por la gran franja que ocupaba en nuestra visión. O que un gran dragón fuera mandado por Alah, a quien nuestros sacerdotes imploran con desesperación, que dando dentelladas y coletazos, los barriera de la faz de la tierra, sin que se derramara ni una gota de la sangre de nuestra gente.
Solo son anhelos fútiles, que trato de eliminar de mi mente mientras aprieto con fuerza mi arco, al que trato como si fuera una llave que condujera a la salvación, como si para ello no fuera necesario que muriera mucha gente, tanto de mis hermanos como de esos barbaros cristianos que vienen a expulsarnos de nuestra Medina.
Pero el tiempo se me acaba, debo prepararme para la batalla, pues ya se distinguen los primeros caballos blancos de la hostil comitiva que nos visita. Ya se escucha el sonido de los cuernos que tratan de intimidarnos, ya queda poco de la paz que teníamos.
Ya debo acomodar en el arco la primera flecha, quizás algún sabio escriba sobre nuestra suerte.

1 comentario:

  1. No se equivocó el moro con lo del sabio.
    Bien traído el recuerdo de nuestro pasado musulmán. Me recordó a mi guerrero.

    Un abrazo.

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me encanta que me orienten. Tu opinión es muy valida para mi.