jueves, 17 de diciembre de 2009

EL INVIERNO DEL CORAZON


CAPITULO 3º: Y MI CONCIENCIA ME HABLÓ.

De repente me sentí mal, desilusionado por el engaño urdido por mi conciencia, un golpe muy bajo, aunque tengo que reconocer que puede que no la hubiera escuchado nunca si no hubiera recurrido a ese ardid. Por los entresijos de mi interior solo corría desbocada la desesperación por la destrucción de mi mundo, un mundo muy particular, que sería mejor o peor, pero que era por el que siempre luché.
-Tienes que intentar cambiar tu vida Manuel- Me dijo, mirándome tan fijamente, que me hacía dudar que no fuera la verdadera Susana. -Mira en que te has convertido, llevas mucho tiempo metido entre estas cuatro paredes, y te aseguro que vas a acabar mal- . Sentenció dándole cierto tono lastimero, aunque al menos no tan bajuno como mostró desde un principio.
-No puedo Susana-. Confesé llevándome las dos manos a la cabeza y atusando nerviosamente y hacia atrás mi desbaratado flequillo.- Se que yo mismo me estoy haciendo daño, pero te echo de menos, no puedo dejar de pensar en ti-.
-Tienes que reaccionar Manuel,¡ y no me llames más Susana carajote!, que yo soy tu conciencia. Volvió a enfadarse.- ¿Dónde está tu orgullo?, te pone los cuernos, se divorcia de ti, y tú sigues pensando en ella. Que poco vales, tú antes no eras así.
-Tienes razón, no valgo nada-. Dije sin añadir nada más, consciente de que todo lo que decía era cierto. –aun así, quiero que vuelva, no sé si podré seguir mucho tiempo sin ella.
-¡Sin ella, sin ella!- Dijo empleando un tono de burla enfadada que ya estaba siendo demasiado habitual. - ¡Eres tonto de remate!, ¿no ves que eso es como si un pájaro quisiera hacer un nido en la cabeza de un gato?. Ya no hay marcha atrás.
-Tú eres muy buena persona, sobresaliente en tu trabajo, y siempre tuviste éxito con las mujeres, ¿por qué te ofuscas de esta manera?. Tienes que volver a encontrar el camino Manuel, la vida no se acaba aquí. Además tienes que ducharte, hueles peor que un nido de abubillas-. Me soltó tan fresca otra vez, haciendo una mueca inexpresiva que venía tan poco a cuento como su comentario.
-Ahora tengo que irme, espero que me hagas caso, o volveré, y te advierto que no quiero tener que presentarme como Susana de nuevo, te puede costar otro bofetón. Adiós capullo-. Dijo con aire de suficiencia y haciéndome dudar de que más que mi conciencia podía ser mi alter ego.
Se levantó del sofá, sin mirar hacia atrás, se dio media vuelta y caminó hacía el portón de salida desvaneciéndose en el aire antes de llegar al pasillo, pero dejándome una ráfaga de aire fresco, una nueva sensación que hacía tiempo que no sentía. Quizás fuera esperanza.
Tiene razón mi conciencia, tengo que pensar la manera de salir de mi caparazón, voy a abrir las ventanas de este cuarto en busca de aire nuevo. Dejare que el sol de la mañana caliente otra vez mi piel. Voy a abrirme otra vez a la vida…

5 comentarios:

  1. Pues eso a hacer caso a la conciencia de uno porque de lo contrario te pesará. Esperemos que así continúe.

    José María

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  2. Un gran relato, Dani, de los míos, me encanta.
    Sólo un detalle corrector:
    "...que no quiero tenerme que presentar como Susana..."
    No suena bien; mejor: "... que no quiero tener que presentarme como Susana (de nuevo)..."
    Por ejemplo.

    Un saludo y felices fiestas.

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  3. Estupenda la comparación del nido en la cabeza del gato, esto sigue con muy buena pinta

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  4. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
    Gracias Pedro por tu corrección, tienes razón, y la he tenido en cuenta.

    Me gusta que me orienten.

    Un saludo a todos, Felices fiestas.

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  5. En verdad que sigue teniendo bastante buena pinta,vas a ser el nuevo Stephen Jirf,jijiji.
    A ver si pones el siguiente capitulo que tengo ganas de leerlo a ver como sigue todo esto.Por cierto algun dia tendrias que contar aqui el porque de lo del nido de abubillas y lo que seria aun mejor compartir con todos algunas de las historias de Abubilla-man y el sofa espantavistas.

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me encanta que me orienten. Tu opinión es muy valida para mi.