sábado, 14 de mayo de 2011

EL INVIERNO DEL CORAZÓN


CAPITULO 43: EXPLICACIONES

No sé exactamente en qué momento la sorpresa se disfrazó de naturalidad, si fue una resignación camuflada, o simplemente que mi espíritu deseaba con todas sus fuerzas acabar de una vez con un tema que no debía quedar más tiempo pendiente.
El caso es que ambos estábamos sentados allí, juntos de nuevo aunque separados por una línea invisible que atraía nuestras miradas a un horizonte que se apagaba.
-Nunca pensé que fuéramos a ver la puesta de sol aquí-Dije armado de valor, vapuleando por la cara al estupor con la única mano que me quedaba libre.
-¿Recuerdas cuanto lo deseábamos?, ver como se ponía el sol en uno de los confines del mundo, buscar el rayo verde…, Que jóvenes éramos Manuel, no entendíamos de cambios de la vida.
-¿Por qué has venido?-Quise saber mientras recogía una piedra y la lanzaba al acantilado.
-Supongo que por lo mismo que tu-Respondió casi susurrante.
Entonces sentí una sensación extraña, tenía tantas cosas que decirle, tantas que reprocharle…, y sin embargo me parecía aquel momento el mismo que habíamos planeado hacía tanto tiempo. Quizás mientras cogíamos nuestras manos en alguna cervecería después de los exámenes, o antes de casarnos, en alguna cena especial… No quería pero debía estropear aquel momento, ya todo había cambiado.
-No sabes cuánto he querido tener un momento para hablar contigo-Dijo ella de repente, serena, sin dejar de mirar a la bola ambarina que bajaba irremisiblemente al mar.-Cuanto me he maldecido por no haberlo hecho antes, antes incluso de que ocurriera todo.
-El otro día yo tampoco tuve valor para hacerlo, estaba demasiado herido.
-Tienes motivos para estar así. Lo siento, no sabes cuánto.-Dijo quebrando su voz.
-Ahora lo veo todo más tranquilo, he conseguido mitigar un tanto el rencor, pero me gustaría saber por qué lo hiciste.
-Me equivoqué Manuel-Continúo.-Me equivoqué en las formas, me equivoqué en la resolución, me equivoqué en todo. Estaba asustada de lo que sentía, no entendía el cambio que había sufrido todo en mi interior, quería ver si pasaba. Pero todo se estropeaba más y más, ya no solo luchaba contra ti, también contra mí.
-Dejaste de quererme-Concluí pausado.
-No estaba segura, te aprecio mucho, siempre fuiste modélico conmigo, buen compañero, amistoso, sensible y muy razonable, todo lo que se puede desear. Pero un día, me día cuenta de que la vida me pesaba más de la cuenta y sin ninguna razón comencé a verte más como una carga que como una ayuda. No sabes lo mal que lo pasé Manuel,-Aunque no la miraba, podía adivinar un reguero de lagrimas en sus mejillas, la conocía demasiado todavía.-Vi una mañana tu foto, y me di cuenta de que si te pasaba algo malo, ya no me dolía tanto, ¿Sabes qué es eso?, ¡yo que me imaginaba sin ti y me daban ganas de morir! Ya no quería esa vida, ya no te quería a ti.
-¿Por qué no me lo dijiste?-Pregunte tan indefenso como antes.
-No podías ayudarme, el peso de los recuerdos me empujaban sin descanso, no me dejaban que me parase de una carrera que me asfixiaba. Y me propuse estropearlo todo por mi cuenta, dejé de ser yo y busqué mi propia felicidad sin importarme que tú aún estuvieras ahí.
-No sabes cuánto daño me hubieras ahorrado si hubiéramos hablado. Podías al menos haberme ahorrado ese dolor tan grande de descubrirlo todo de golpe y porrazo.
-Como te dije antes, me aislé, me obligué a hacerlo todo según mi apetencia, sin contar contigo para nada. Quería acabar con tu mano opresora, y me confíe. Te dejé pistas sin querer.
-Pero yo creí que éramos amigos-Contesté airado.-Te quería demasiado para hacerte sufrir a adrede, podíamos haberlo arreglado hablando.
-No fui capaz Manuel, juré que te querría para toda la vida y no lo cumplí.
Dejé de mirar al cielo para mirar su cara. Ella hizo lo mismo, y volvimos a unir nuestras miradas en una sola. Ya no era ella sola la que lloraba.
-Te juro que no quería hacerte daño Manuel-Dijo con tristeza.-Ese hombre que viste valía mil veces menos que tu, pero entiende que esa ya no era la Susana que tú querías, era otra.
-No voy a encontrar mucho consuelo en eso-Respondí.-Podíamos haber arreglado esto de otra manera.
-Ya lo sé Manuel, sé que no merezco nada, y que tu desprecio es justo castigo a lo que hice.
Entonces volvimos a mirar al horizonte, siguiendo los últimos pasos del sol en su bajada. Desaparecía irremisiblemente, dejando solo al cielo.
Con movimientos perezosos pero necesarios, nos levantamos, había que salir de aquel lugar antes de que cayera la oscuridad. Susana miró una vez más al horizonte marino. Seguía llorando, tan silenciosa como la había encontrado.
-¿Sabes que te digo?-Le dije poniendo una mano en su hombro.-Te perdono Susana.
En su cara se pintó una sonrisa como hacía tiempo que no la veía. Sin duda se había quitado un peso de encima, a costa de dejar en mí una leve sensación de que quizás llevaba poco castigo por arruinarme la vida.
Luego con el tiempo me di cuenta de que hice bien, que no vale la pena guardar un rencor que se lleva el tiempo, tal y como el viento se llevó su bufanda hacia el mar embravecido.

-¿De veras Manuel?-Preguntó volviendo a sonreír.
-Si.-Contesté seguro de mí mismo.-No siempre salen las cosas como uno quiere. Tanto como queríamos venir aquí, y no hemos visto ningún rayo verde, que le vamos a hacer.
-Gracias -Dijo entre sollozos mientras nos dábamos un abrazo.
-Vámonos, que tienes la cara helada-La apremié.
Camino del coche, me contó que estaba en Sagres con su nueva pareja, y que lo había convencido para venir sola.
Con la promesa de que hablaríamos si necesitábamos algo el uno del otro nos despedimos esta vez. Así que marché camino de Portimao a rematar las vacaciones, pero con una serenidad como hacía tiempo que no sentía.

3 comentarios:

  1. Por fin Manuel a cerrado una pagina de su vida que le impedida seguir.
    Yo creo que no abría sido tan sereno....¿o si?-
    circunstancias en la que no me gustaría ver.
    Lo encauzaste bien compañero

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  2. Te ha quedado espléndido. Podría acabar aquí la novela porque seguirla ahora es un riesgo

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  3. Opino como genialsiempre, después de este capítulo (fenomenal), el remate no debería andar lejos y estoy seguro de que así será.
    Buen trabajo.

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me encanta que me orienten. Tu opinión es muy valida para mi.